En Guatemala existen esas muñequitas cosidas que le llaman quitapenas.
Se trata de una muñeca pequeña la que puedes cada noche contarle lo que te aqueja. La pones bajo tu almohada y al día siguiente esas penas han desaparecido.
Me gusta esa leyenda.
Pero prefiero algo mas simbólico.
Te dejo otra sesión de la formación de RVP/PVF realizada en Guadalajara. Justamente se trata de eso: QUITAR PENAS culpas y demas elementos del ego que condicionan nuestra realidad cotidiana.
– ¿Cómo es esa escena?
– Estoy en un sillón
– ¿Cómo es el sillón?
– De una plaza
– ¿De qué color?
– Café con verde
– ¿Es de día o es de noche?
– Es de noche
– ¿Qué temperatura hay en el lugar?
– Fresco agradable
– ¿Hay algún aroma que te llame la atención?
– Las plantas
– ¿Y estás sola en ese sillón?
– No, hay más personas
– ¿Varones y mujeres?
– Si
– ¿Y qué estás haciendo en ese lugar?
– Vine a una ceremonia
– ¿Y por qué fuiste a esa ceremonia?
– Porque me invitaron
– ¿Quién te invitó?
– Una amiga
– ¿Y qué te llamó la atención de ir a esa ceremonia?
– Explorar lo desconocido
– ¿Me contás qué pasa desde ese sillón café?
– Si, miro a mí alrededor, hay muchas personas, como más de diez, y cada uno está en una situación personal diferente, aislados cada quien
– ¿Hay alguien que conduce la ceremonia?
– Si, ahí lo veo, está como cantando, canta y quema hierbas
– ¿Está solo o con alguien más?
– No, él está solo
– ¿Y cómo te sentís?
– Me siento como aislada en el sillón, como si ellos no formaran parte de mi escena
– ¿Cómo si tu escena fuera sola?
– Si
– ¿Y eso te produce alguna emoción?
– Si, como un poco de angustia, de ansiedad, un poco de miedo
– ¿Pero continuas en la escena?
– Si
– ¿Y qué efecto te produce esa ceremonia en tu cuerpo físico?
– Siento que tiembla, como que vibrara
– Déjalo vibrar
– Como que mi cuerpo se alterara con esa sustancia porque es desconocido ese efecto – ¿Y como si estuvieras tratando de controlar lo que sucede en tu cuerpo?
– Si, porque no había sentido eso
– ¿Hay alguien con quien lo puedas hablar?
– No
– ¿Te sentís sola, aislada?
– Si, en mi sillón
– ¿Con alteraciones en tu cuerpo y no hay nadie con quien lo puedas hablar?
– Si
– ¿Y eso qué te hace sentir?
– Que estoy sola
– Ahora todos los que estamos acá con vos vamos a acompañarte en ese espacio y vamos a estar con vos mientras estás viviendo la experiencia, así que podes contarnos toda la experiencia, estamos para escucharte
– Siento miedo
– ¿Miedo por qué?
– Porque veo un pasaje oscuro negro feo
– ¿Te metes en ese pasaje?
– Si
– No sientas miedo, nosotros vamos con vos
– Estoy recorriendo un camino
– ¿Cómo es el camino?
– Oscuro, como oscuro, y trato de contactarme con mi cuerpo para no perderme ahí, para estar acompañada
– Estás acompañada, nosotros vamos con vos, tranquila, podes atravesar ese camino
– Me da miedo
– Deja salir toda la emoción, deja que el miedo atraviese todo tu campo, no estás sola, estamos con vos acompañándote, y mientras vas caminando contanos qué te pasa ¿No podes hablar?
– Es que clamé Jesús y veo un rostro difuso que aparece ahí y eso me hace sentir como aliviada
– ¿Podrías hablar con ese rostro, hay algo que le tengas que decir?
– Es que no sé qué estoy haciendo aquí
– Pero ahora no podes salir de ahí, ¿Cierto?
– Si estoy aquí, pero no sé por qué me vine a meter aquí
– Pero eso no se puede evitar ahora, así que si le tuvieras que decir algo a Jesús, ¿Qué le dirías?
– Que me asista ahí, porque no sé adónde voy a ir, y tengo miedo
– ¿Y te asiste? ¿Contame, qué pasa?
– Es como si lo que me aterrara, lo oscuro, empezara a desvanecerse, y veo como que empieza a haber claridad
– ¿Te sentís más segura?
– Si
– ¿Y qué podes ver en esa claridad?
– Es como una luz blanca azul que me envuelve
– ¿Y eso te da tranquilidad?
– Si, me envuelve, me acoge, me abraza
– ¿En esa luz podes ver a tu mamá?
– Si, ahí está
– ¿Podrías hablar con ella? Deja salir toda la emoción ¿Qué pasa?
– Es que me da vergüenza verla
– ¿Por qué te da vergüenza verla?
– Porque siento que está desilusionada de mi
– Ahora es el momento de hablar con tu mamá, ¿Podrías hacerlo? ¿Pregúntale si está desilusionada de vos?… ¿Te escucha?
– Es que siento mucha culpa
– Deja que se vaya disipando la culpa, ¿Culpa de qué sentís?
– De su muerte
– ¿Por qué sentís culpa de su muerte?
– Porque la decepcioné
– ¿Por qué sentís que la decepcionaste?, pregúntale a ella, aprovecha que está ahí con vos
– Porque hice lo que ella no quería
– ¿Y qué es lo que ella no quería?
– Que yo me relacionara con mi ex marido.
– ¿Y por qué no habrías de relacionarte con él?
– Porque había hecho muchas cosas que nos lastimaron
– Deja salir toda esa culpa, contame, ¿Quién es él?
– El papá de mis hijas
– ¿La ves a tu mamá ahí?
– Si, es como si no pudiera voltar a verla por la vergüenza
– Quiero que sueltes toda esa culpa, podrías hacer eso?
– Si
– Acordate que estás en un lugar de mucha luz y está Jesús contigo, ¿Te acordás?
– Si
– Jesús te va a liberar de toda la culpa que sientas, volteá a ver a mamá, estamos todos acompañándote, así que mamá va a comprender, podes verla, podes hablar con ella, ¿Qué dice?
– Me mira con amor
– ¿Sentís que te culpa de algo?
– No
– ¿Podrías decirle todo lo que sentís?
– Siento la necesidad de pedirle perdón
– Pédile perdón
– Perdón mamá
– Soltá toda esa culpa, ¿Qué dice mamá?
– Me mira con amor
– Pregúntale si ¿Tiene algo para decirte?
– Si
– ¿Qué te dice?
– Que yo no la maté, que no fue eso, que se tenía que ir, que hiciéramos nuestra vida
– ¿Podes entenderlo?
– Que ella entiende lo que yo sentía por ese hombre, pero nunca me lo dijo, quería que yo luchara por lo que decía que amaba
– ¿Y así lo hiciste, cierto?
– Si
– ¿Y entonces cómo te va a culpar si ella lo preparó para que lo hicieras?, ¿Podes soltar la culpa?
– ¿Hay algo más que te quiera decir tu mamá?
– Si
– ¿Qué?
– Que deje de autocastigarme por eso
– ¿Podes soltar esa culpa y ese castigo? ¿Podes soltarlo?
– Si, pero se viene la imagen de mi hija
– ¿De cuál?
– De la mayor
– ¿Y por qué se te viene la imagen de tu hija, qué te quiere mostrar?
– Porque esa hija ha sido muy difícil para mí, criarla y sacarla adelante, se me viene la imagen de ella que está ahí como si yo me hubiera autocastigado
– ¿Y ahora que soltaste ese castigo qué pasa con tu hija?
– Solo la miro, está ahí en la escena
– ¿Podrías sacar la luz dorada de tu corazón y direccionarla a la luz dorada del corazón de tu hija?
– Ahora entiendo, es que todo eso que me callé está en la tiroides de mi hija, por eso la veo, todo lo que yo le quería decir a mi mamá
– ¿Podrías unir el corazón de tu mamá con el tuyo y el de tu hija con una luz dorada?
– Si
– ¿Y podrías expandir esa luz incluyendo a tu hija más chiquita?
– Si
– ¿Sigue estando tu mamá ahí?
– Si, ahí está
– ¿Podría hablar yo con ella?
– Si
– Quisiera preguntarle ¿Cómo se encuentra en el lugar que está?
– Que no ha descansado
– ¿Podemos ayudarla?
– Si
– ¿Necesita ayuda?
– Si
– Quiero que imagines una columna de luz blanca que baja en el medio de la escena, como si fuera un torbellino de luz y quiero que le digas a tu mamá que tome ese ascensor y que suba adonde sigue su proceso evolutivo, ¿Podrías hacerlo?
– Si
– ¿Qué dice mamá?
– Es como si estuviera pegada con mi hija
– ¿Habitando en tu hija?
– Si
– Entonces primero quiero que le digas que suelte a tu hija, que ella está bajo tu custodia y que la vas a poder conducir de la mejor manera
– Mamá, suelta a mi hija, ella es mi hija y está bajo mi custodia y tomo la responsabilidad de ella, suéltala
– ¿La soltó?
– Mamá, suéltala, por favor, ella tiene un propio plan y una propia vida, y tú ya hiciste la tuya, suéltala, suéltala
– ¿La suelta?
– Si, Fátima, ven acá
– Ahora sí quiero que le pidas a mamá que se suba a esa columna de luz que es como un ascensor y la va a conducir adonde sigue su proceso evolutivo, ¿Podrías hacer eso?
– Si, mamá gracias por todo, sube a tu elevador y ve a tu próximo proceso evolutivo
– ¿Se sube? ¿Contame, qué pasa?
– Pues es así como si se fuera
– ¿Se fue?
– Si, pero se sintió una sensación de sacudón
– Quiero que me cuentes ¿qué pasa con tu hija en esa escena?
– Está bien
– ¿Está con vos?
– Si
– Quiero que la envuelvas en luz dorada, ¿Podrías hacerlo?
– Si
– Quiero que te envuelvas en luz dorada, ¿Podrías hacerlo?
– Si
– ¿Y tu hija más pequeña está ahí con vos?
– Si
– ¿Podrías envolverla en luz dorada también?
– Si
– Ahora quiero que las tres, envueltas en luz dorada, vuelvan por el sendero que habían caminado, y que regresen al sillón color café en el que estabas sentada ¿Volviste al sillón?
– Si
– Ahora quiero que de a poco vayas volviendo…