Parece una frase poco espiritual ¿no? Para aquellos que caminan el sendero espiritual concentrados en el precepto DAR esta debe ser una herejía. Parados en la horizontal en la que solemos pararnos estando en este mundo material, definitivamente lo es. Pero… no todo es lo que parece. Ya lo dije varias veces ¿no?
Entrar en el camino espiritual verdadero es entrar en la vertical de la cruz (cruzada, vida en el Planeta Tierra). Es entrar en otra dimensión del ser. Es subir y bajar en estados de conciencia.. Es ver las cosas con otra visión, una que nos incluye a todos a todo en todo momento. Cada vez que pensás en compartir, pensás desde un punto de vista de división. Hay un otro allá afuera con el que puedo compartir (lo que hay allá afuera o lo que hay acá adentro).
Sin embargo, esa visión tiene dos ajustes.
Primero.
Cuando te ubicas en la vertical en el lugar en el cual todos somos uno, no hay nada que necesites compartir porque no hay división. Lo que eres es lo que somos. Una técnica muy famosa en los últimos tiempos que se sustenta en este concepto es el HO´OPONOPONO.
Sí, lo se. Es difícil de entender cuando estás posicionado en la parte más baja de la vertical: el ego.
Por eso uno de los mejores trabajos espirituales que hay es ELEVAR LA CONCIENCIA. El otro: SOLTAR los apegos.
Segundo.
Cuando estas ubicado en ese lugar de la vertical: el ego, seguramente no querrás compartir. Pero a medida que vas subiendo vas percibiendo cada vez más la necesidad de dar. Sin embargo, hay algo que nunca vas a poder dar: TU CONEXIÓN.
Tu conexión con la fuente es total y absolutamente intransferible. No es algo que puedas dar, ni algo que puedas recibir. No es algo que puedas enseñar. O facilitar. Es algo que solo vos podes trabajar… como tus ganas de ir al baño.
Hay varios caminos para lograr esa conexión.
Si me concentro en el Arbol de la Vida, puedo decirte que tres.
El camino de la derecha, el camino de la izquierda, o el camino central.
Y tantas formas de lograr esa conexión como seres hay en este mundo.
Por eso, no voy a meterme en ese desarrollo. No es mi misión ayudarte a conectar. Sólo puedo acompañarte en tu camino de recordar. Todo lo demás es tu propio trabajo, el cual HONRO y RESPETO con todo mi SER.
Gracias por animarte a venir en este momento mágico por el que atraviesa la FUENTE.
NOS AMO, DE CORAZÓN A CORAZÓN.