¿Por qué esos padres?

Una de las preguntas típicas que aparecen en la regresión es: ¿por qué elegí a esa madre y a ese padre? Muchas veces esta pregunta se relaciona con ¿por qué elegí a ese marido o a esa esposa? Se relaciona en el sentido en que ambas conducen a la misma respuesta: la genética de los hijos.

Elegí a esa mamá porque necesita obtener xxx.
Elegí a a ese papá porque iba a recibir yyy.
Elegí a ese marido o a esa esposa sólo para traer a esos hijos al mundo.
Genética.

Hay algunos combos de Mc Donalds y por 50 centavos más también los elegiste porque son los padres que te permiten tener una experiencia humana… Pero esa es una larga historia.

Venir a este mundo no es una tarea sencilla, si bien lo parece.
Sobre todo para las semillas estelares dado que tienen que recorrer un largo camino interdimensional para terminar cayendo justo donde tienen que caer.
Tienen que juntarse muchos elementos para que la entrada se pueda producir.
Ya te conté el caso de mi hija. Primero mandó dos embarazos para poder llegar ella. Mi cuerpo no estuvo nunca listo para concebir. Pero ella tenía que venir. Y creeme que justo tenía que tener los genes de ese padre, y sus ancestros. No de otro.

Con el tiempo fui entendiendo que cada semilla estelar es una suma de razas finamente seleccionada para poder cumplir el objetivo. Y el objetivo, no es algo que algún humano pueda estructurar por sí mismo.
Cada semilla estelar es un conjunto de genes de diferentes razas organizado y mezclado de forma perfecta para poder recibir la influencia del alma que va a habitar esa computadora biológica.
Y así, la luz y el propósito del alma de esa semilla estelar se extiende a todas las razas que han participado en la obtención de ese ejemplar biológico único e individual.

Mi hija por ejemplo: tiene judíos, croatas, españoles, italianos… y algo más seguramente.
Mi sobrina nieta: tiene judíos, españoles, italianos, franceses e indígenas latinoamericanos.

Esos genes son el campo de juego de un alma desarrollando su proceso en esta dimensión.
Todo lo que esa alma logre modifica y altera el logro de esas razas tomado en su conjunto.
En una extrapolación hacia el infinito.
Todos somos uno jugando un juego de evolución.
No hay casualidad ni tampoco error.
Nada queda librado al azar.
Nada sucede por milagro.
Milagro es el nombre que le damos a una ley que desconocemos.

No nos alcanza la mente para discernir el plan completo. Apenas podemos vislumbrar vestigios de la totalidad. Y tener la certeza de que ahí está la Unidad, haciendo su trabajo silencioso.

Te agrego un artículo al final que estoy segura que complementa la idea.
Sin embargo, este concepto no sólo se puede ver desde el punto de vista físico, genético.
Aunque da una forma de abordaje más física a un tema mas complejo y abstracto.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *