Es mi última vida

Me dijeron que es mi última vida y quería saber… ¿a dónde vamos después?

 

Una persona me hacía esa pregunta el otro día esperando que yo tenga alguna respuesta para darle. Tengo algunas cositas para decir al respecto.

Primero y principal. Por qué habríamos de creer lo que nos dicen otros respecto de cosas tan importantes… ¿no? Porque no podemos lograr confiar en nosotros mismos. Punto uno para trabajar.
Ahora, ¿de dónde sacan esa idea de que existe algo así como mi primera vida o mi última vida?
He escuchado muchas veces esa frase… es mi última vida… Ah bue! Y se supone que eso quiere decir… ¿qué?
La última vida ¿dónde?

Te dejo una reflexión.

Había una vez un niñito rubio de ojos azules como el cielo haciendo un pozo en la arena de la playa.  Cavaba y cavaba un agujero profundo justo frente a la rompiente de las olas.  Con un baldecito de plástico iba a buscar agua al mar y la tiraba adentro del agujero.

Un señor se acercó a preguntarle.

-¿Qué estás haciendo?– le dijo como paso previo a intentar darle una lección.

¡Voy a poner todo el agua del océano en el agujero que hice en la arena! – dijo mirándolo a los ojos, inocentemente.

No, mi amor.  ¡El agua del océano nunca va a entrar en ese agujero tan pequeño! – dijo el hombre como intentado ahorrarle el esfuerzo.

¿Por qué no? – preguntó el angelito.

Porque el océano es inmensamente más grande.  Nunca va a caber toda esa agua en ese pequeño agujero – dijo.

¿Y por qué vos querés comprender a Dios con esa pequeña mente…?

 

Pero, así estamos. Es más fácil escuchar lo que otros tienen que decirnos y armarnos una teoría en base a eso. O elaborar proyectos raros respecto a qué va a pasar en el futuro. Pero estas sólo son distracciones de lo que está sucediendo aquí y ahora. Y la verdad es que eso es lo único que tenemos. El momento presente en toda su dimensión.

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