Cómo decirte todo lo que me pasó en Rosario… Te lo resumo en la foto… Me traje la espada.
Hace mucho tiempo, cuando tenía alguna situación que no entendía y me rondaba los pensamientos, me tiraba a meditar y me hacía una regresión… Bueno, no era una regresión convencional. Simplemente era volver para atrás y preguntarme ¿dónde conocí a esta persona? y ¿qué tengo que entender y aprender de este encuentro?.
Se que a esta altura, si van leyendo todos los post, conocen mucho de mi vida personal también porque no separo mi vida en partes: lo privado de lo público, lo laboral de lo personal, etc. Soy así, auténtica, como se ve… Loca, también… gritona y emocional… con pasión hacia la vida.
Con ese carácter dramático latino, decía el noruego. Bue… así…
En una de esas regresiones, cuando todavía me preguntaba por qué sentía ABANDONO, me fui a buscar la causa. La imagen me llevó a la época medieval. En esa vida era judía y me había casado con un comerciante judío que vendía telas. Teníamos cinco hijos y en uno de los viajes el tipo se fue y me dejó solita teniendo que hacerme cargo del negocio y de los niños… Fue una vida muy sacrificada y de mucha soledad. El hombre en cuestión era mi novio americano que me dejó en esta vida diciendo: no puedo decirle a mi madre que me caso con una mujer que no es judía… Soy judía por vientre materno, ya lo sabés.
Paradójicamente la única ayuda que tuve durante un tiempo en esa vida fue mi hermano. El que era mi novio en la vida real en el momento en el cual hice la regresión (yo solita), un santafesino que cuando nos separamos se juntó con una chica judía y tuvieron un hijo de vientre materno judío… Claro, una no tiene hijos ni se casa con su hermano…
Experimenté la época medieval en todo su esplendor.
Las espadas no me son ajenas.
Por supuesto, esa vida a la que fui, como otras a las que también fui, incluida una vida en las cavernas y otra vida en la Edad Media en la cual era reina con un rey (al que hoy le dicen el rey de la soja, mi novio a los 19 años), son simples implantes.
Cuando llegué a Dolores Cannon ya era el momento de conocer la verdad de mi historia. Esta es mi primera vida en el Planeta Tierra. Pero para poder sobrellevarla se necesitan implantes de las vidas de otros. Vas a la biblioteca akáshica y tomas la que te guste para lo que venis a hacer.
El tema del abandono, hasta ese momento lo analizaba así. Pero cuando llegué a la siguiente información entendí que todas las semillas estelares experimentan el abandono como concepto. Lejos de casa, abandonados en este planeta del cual entendemos muy poco, la sensación de abandono y exclusión son moneda corriente.
En esta vida en los rituales de la Masonería y de la Orden Hermética de la Golden Dawn, de las que fui miembro activo, porté la espada y la daga. Son herramientas que no me son ajenas. Se perfectamente cuando, como, donde y para qué usarlas. Separan el mundo profano del mundo sagrado. Pero como ya no los separo, no las uso habitualmente, ni las necesito.
Te preguntarás que tiene que ver todo esto con Rosario… Sí, entiendo. Yo también. Es una información que tenía totalmente archivada en el laberinto de mi mente inconciente.
Pero llegué a Rosario…
Como ya te conté, no tenía la menor idea de a dónde estaba yendo.
Me recibieron dos personas, Gladys y su marido, a las que inmediatamente reconocí como familiares.
Cuando entré en la casa… ahí estaban las espadas… Todas ellas…
Amo las espadas…
Las espadas simbolizan el mundo mental, el aire, el pensamiento.
El matrimonio organiza ferias medievales…
¿Podés creerlo?
A veces creen que voy a los lugares solamente para hacer las regresiones, como si los lugares no tuvieran nada que ver conmigo. Nooooooo. El Universo hace super combos, como en Mac Donalds. Por 50 centavos mas une la historias de todos los involucrados. Incluyéndome a mí.
Tenía que ir a Rosario.
Tenía que ir para investigar una emoción…
Tenía que volver a la Edad Media. Y es ahora, escribiendo este post que entiendo por qué… Claro… es un entender del alma… Gracias…
Las regresiones en Rosario todas tuvieron algo que ver con la Edad Media. Hubo guerreros en todos los niveles. Hubo guerra y hubo reconciliación.
Todas las personas estaban vinculadas de alguna manera unas con las otras.
Todo llevó un hilo conductor que parecía pasar por mí. Ya me habían dicho una vez que solo soy el hilo conductor de las historias. Nada mas…
¿Qué fue para mi ir a Rosario?
Fue recuperar mi espada.
Recuperar mi poder.
El poder que viene a través de mí cuando empuño la espada.
Fue recuperarme… reconquistarme… reencontrarme…
Y fue entender dónde sigue mi historia personal…
Gracias Gladys por llevarme a Rosario.
No te conté que en la sesión que hicimos con la practitioner española me mostraron una imagen en la que yo era una bola de luz que iba cambiando de color y de forma y que irradiaba energía en forma de llamaradas. Estaba en el medio de un auditorio circular, como si fuera un circo. En las butacas había miles de seres de diferentes orígenes sentados divirtiéndose y recibiendo la energía que emanaba de esa bola de luz que era yo, moviéndome en el centro del escenario.
La segunda etapa ha comenzado, para todos.