Me doy una pasada por los diarios digitales de vez en cuando para ver que sucede on Earth.
Hoy me llamó la atención una noticia. Hoy, me dolió una noticia.
Un médico muy respetable, subdirector de un hospital, divorciado.
Su ex viajo a EEUU a visitar a una hermana, el hombre se quedó con sus hijos adolescentes. Agotado a la noche del sábado se fue a dormir.
Uno de sus hijos de 19 años, alcoholizado, le quitó su Audi (así dice el diario, aunque da igual que tipo de auto fuera). Iba con 3 amigos. Chocó.
Alcoholizado y sin registro. Dos de sus amigos murieron. Él y su otro amigo salieron ilesos.
Ahora está preso… el hijo, no el padre.
Da igual.
A los padres de sus dos amigos muertos nada le devuelve a sus hijos.
Al pibe, cuando despierte de la borrachera, nada le devuelve la libertad.
Y vivirá con la culpa de por vida. Él y sus padres.
Imagino que la sensación, que es la que tengo yo en este momento, debe ser… ¡volvamos el tiempo atras! ¡hagamos que esto nunca suceda!
Pero no se puede… lo hecho, hecho está.
Estas son experiencias naturales en la Tierra. Miles de este tipo de experiencias ocurren cada día. Situaciones en las cuales tenemos cosas para atravesar, vivir por el resto de nuestra existencia y superar, si podemos.
Somos responsables (dije responsables no culpables) de estas situaciones. De todas ellas.
Las comprendamos o no. Las toleremos o no. Las podamos atravesar o no.
Eso se llama experiencia en el Planeta Tierra.
Algunos mas compleja, otros mas simple. Depende de la elección anterior a llegar acá.
Hoy estamos viviendo eso… porque eso es vivir acá.
Pero también estamos viviendo una INTERVENCIÓN externa. La intervención no es una elección libre de aventura en Planeta Tierra.
Y, conforme a la dualidad, asi como llega la intervención, llega la liberación. Es otro nivel del juego.
Sin embargo, ese otro nivel requiere que los que han llegado a revertir la intervención estén despiertos a su labor y dispuestos a su tarea.
Pero muchos de ellos se han quedado perdidos en el dulce de leche en el que navegamos en esta realidad.
A ese médico padre le llevará el resto de su vida aceptar lo que pasó… soltar su culpa, comprender su responsabilidad, y no quisiera estar en su lugar, por nada del mundo.
Lo cierto es que no me toca ese papel en el juego, me toca otro.
Cada uno de nosotros tiene un rol en el juego.
Y es un rol individual pero también uno colectivo.
Todos nosotros tenemos un rol colectivo. Sino no hubiéramos venido a un juego colectivo.
Si cada uno de nosotros comprendiera su parte del juego esta sería otra realidad.
Y ni te cuento si, además, cada uno se hiciera responsable de su parte.
Lo cierto es que no todos los cuerpos están llenos. La mayoría solo son actores de reparto.
Entonces no solo toca comprender el rol personal, hacerse cargo del mismo con todo el potencial disponible, nadar en la realidad cotidiana y, además, por el mismo precio, sacarse de encima a los actores de reparto que están solo para llenar el espacio y desviar la atención del juego.
Lo se… es dificil de entender.
Pero ya saben… el que entiende, entiende. El que no, juzga.
Buen Mercurio.