Hace algunos años que me dedico a hablar en YOUTUBE. He hablado de todo y para todos los gustos. Con el tiempo he descubierto que, como siempre digo, nada es lo que parece, ni aún para mi misma hablando frente a una cámara.
Nunca se cuál va a ser el efecto de las palabras que digo.
Y esto me ha hecho correr del resultado. O más bien, me ha ayudado a hablar sin expectativas.
Como habrán notado, hablo desde mi y mi experiencia en este mundo. Muchas de las cosas que tocan mi experiencia, solo las puedo entender yo porque tienen que ver conmigo misma. Antes iba al psicólogo. Hasta que me di cuenta que el secreto era sacarlas para afuera… entonces las digo… y chau!
No gasto en psicólogos. Y en medio hay personas que se divierten con el proceso.
Soy bastante verborrágica, lo se. Y en el medio de tantas palabras, no siempre logro escuchar lo que digo, porque LA VERDAD es que no tengo la menor idea de dónde sale y cómo se logran articular algunas ideas. Dicen que canalizo. Que se yo… Que me importa… Asi como me viene, así va. Con malas palabras y todo.
Muchas de las veces que termino la charla me digo algo a mi misma sobre lo que salió. Pero nunca, nunca, nunca lo que me digo coincide con el efecto que produce eso que salió.
A veces me digo: bue, nada trascedente… fue solo una idea importante y todo lo demás giró alrededor…
Parece ser que esas son las charlas que más lio arman.
Otras veces me digo: Guau! de donde salieron tantas ideas todas juntas y tan bien estructuradas y unidas…
Parece que esas son las charlas que pasan sin pena ni gloria. Son las que mas me gustan porque aprendo de las ideas que se van uniendo y toman sentido. Si, lo sé. Me dicen que esas charlas me las dan para mi. G R A C I A S!
Nunca voy a entender la valoración de la opinión pública.
Entonces, les confieso un secreto, sólo me concentro en lo que quiero y me gusta decir y lo dejo salir.
Así no tengo que volver al psicólogo, aunque bue, le mando un saludo porque era divertido charlar con él.
En alguna época escribí.
El último libro escrito se llama:
Dice la psicóloga que escriba.
Es la historia de mi vida.
Obvio, nunca lo editaré. Solo fue una catarsis para empezar a soltar mi versión 2.0.
Ahora prefiero hablar. Me agota escribir.
Tanto preámbulo para decir una cosa sencilla.
Ahí va…
Me encantó preparar la charla que sigue.
Que la disfruten.