Llegar a Colombia es llegar al yagé.
Ha sido mi séptima ceremonia. Justo el día de Haloween.
Había dicho que: ni loca participo de ceremonia en ese día…
Pero, como siempre, el Universo hace lo que tiene que hacer no importa lo que yo misma me diga.
Nada es lo que parece y todo es perfecto. Ahí estaba yo, otra vez, en la Maloca.
La planta tiene dos funciones principales desde mi punto de vista.
La primera y mas importante es ayudar a conectar con la Tierra.
La segunda es brindar visiones.
Tengo mi propio sistema de conexión con lo cual no es mi intención hacer yagé para ver nada. De hecho solo logro algún tipo de visión psicodélica o de geometría sagrada. Nada mas.
Pero si tengo muy buena conexión para limpiar energías terrestres que se quedan en mi cuerpo.
De hecho la primera de todas fue la mas fuerte. Me hizo conectar con la tierra, aterrizar, terminar de encarnar, sostenerme en este planeta. En esa misma ceremonia me dijo la conciencia de la planta que no era necesario volver a conectar, que el trabajo ya estaba hecho, pero que si lo hacía sería bienvenida.
Como ya conté en mi canal de youtube cada ceremonia fue organizada en función de una razón particular, la que no conocía concientemente. Pero, ahí estaba yo.
Esta vez ocurrió algo parecido.
Como te contaba había algo particular para trabajar en mí que no habia visto hasta que me atendí con el sanador colombiano.
Era una cosita feita, oscurita y viejita.
Que mejor que el día de Haloween para deshacerme de esa energía… ¡Perfecto! Ahí estaba yo, otra vez.
Nos habían guardado lugar en la Maloca. Por esas casualidades que el Universo organiza terminé tirada en el piso justo frente al sillón del tayta. La ceremonia es muy diferente a la que experimento cuando estoy en Argentina, no solo porque en una esta el tayta del Putumayo y en la otro el chamán viene de linaje de Perú, sino porque los apoyos filosóficos son distintos.
Éramos algo asi como 80 personas. Todo ordenado y organizado. La maloca está construida con geometría sagrada basada en el 8. Todo lo que ocurre en la maloca queda ahí. Es como un espacio sagrado de conexión. Las mujeres de un lado, los hombres del otro, en fila, esperando de a uno e intercalados para tomar la medicina.
Me tocó mi turno.
Me dieron el preparado: espingo. Lo mezcla ahí mismo, un instante antes de que la tomes. El yagé (también llamado Ayahuasca) es un preparado de dos plantas. Es mucho menos espeso que el de Argentina. Hay diferentes tipos de ayahuasca. Esta es la TIGRE. Y así se siente.
Mientras me iba a tirar al piso a mi sitio ya empecé a sentir el efecto. Lo había hecho con la intención de quitar todo eso que había que quitar. Me esperaba una limpieza que empezaba a sentir. Ni bien me senté empecé con las náuseas y tuve que ir al baño. Usualmente se mejora concentrándose en la respiración. Aunque lo que hay que limpiar, hay que limpiarlo.
Y ahí empezó el viaje.
En las 7 veces es la primera que todo comenzó ni bien terminé de tomarla.
Paseé por el baño unas 25 veces.
Las visiones fueron muy fuertes.
Básicamente veía la oscuridad como se movía de lado a lado adentro de la maloca.
Mientras tanto la música sonaba y agudizaba la sensación.
Lo particular de la ceremonia en la Maloca es que hay músicos, además del tayta con sus ícaros. Es muy fuerte y poderoso todo lo que sucede. Pero esta vez lo fue mucho mas.
En un momento sentí que no podía mas y pedí ayuda.
Me llevaron al rincón de fuego que quita energías y suaviza el efecto. Pero necesitaba mas ayuda. No aguantaba mas.
Fueron a decirle al tayta. Y ni corto ni perezoso dijo… no es tiempo todavía, que se tome esta medicina.
Ahí estaba yo, tomando otro brebaje.
En mi última ceremonia en Argentina también la había pasado muy mal. Tuve que pedir ayuda. Pero no hubo brebaje. Fue el chamán quien me sacó la porquería que traía pegada. Las dos veces. Aunque eso no evitó mis pasadas por el baño y los 3 cambios de ropa interior.
En Colombia dicen: quedaste enyagesada… es decir la planta se apoderó de tí y está intentando hacer el trabajo. Mejor que dejes que haga su trabajo para apoyarte en la limpieza. Por la voluntad o a la fuerza. Cuanto mas te resistas mas dificil será la experiencia. Ayuda a bajar los humos, dice el tayta.
Así estaba yo, enyagesada, bajando los humos a la fuerza.
Tomando el brebaje que me mandó el tayta porque todavía no estaba lista para la sanación.
Me tomé todo el vaso mientras me observaban.
Lo terminé y empecé con náuseas pero el enyagesado se me retiró.
El vecino justo andaba por ahí y me llevó al baño y al piso.
Pensé que todo se había acomodado pero no.
Vomité sustancia. Por primera vez en las 7 sesiones vomité algo sustancioso. Horrible. Y me sentí mejor.
Me dormí cinco minutos y al rato empezó todo otra vez.
Es que no va a terminar nunca?????
A esta altura ya sabía que lo que empieza en algún momento siempre termina. ES solo cuestión de relajarse y dejarlo salir, por donde salga.
Mi cuerpo temblaba, se sacudía, las visiones de geometría sagrada se acrecentaban… mientras el vecino roncaba en el piso de al lado.
Mis conversaciones con la planta seguían. Y se hicieron en estereo. Hablaba con dos plantas a la vez. Una me mostraba una cosa y la otra me mostraba otra. Comencé a sentir como la planta me iba \\\»colonizando\\\» metiéndose en mí. Como si me estuviera poseyendo para que la lleve al Cielo. Me asustaba la sensación. Me sentía poseída. Enyagesada. Y no estaba dispuesta a dejarme colonizar. Estaba en la lucha por la conquista.
Buscaba ayuda pero se había abierto la segunda toma. Todos estaban entretenidos en su propio viaje. Poseída, enyagesada y perdida no había entregado mi discernimiento y podía entender que lo que pasaba en mi no era razón suficiente para interrumpir el proceso que los otros estaban pasando. Y me las aguanté solita. Del baño al rincón de fuego, al piso en la colchoneta. Me pasaba por la mente una sobredosis de anfetamina que tuve hace muchosssssssssssss años. Y me pregunta… será que me estoy drogando?
Y si… el ego utiliza mil estrategias para hacerte dudar y temer. Su funcionamiento básico.
Ya había amanecido.
Ya no iba mas al baño… por fin.
Pero el malestar en el estómago, el mareo, las visiones, el cosquilleo y la pérdida del control se habían apoderado de mí.
La planta ya me lo había dicho varias veces, no solo en esta noche, sino también en otras. Cuando estas con esa incomodidad en el cuerpo que sentís que perdiste el control… muévete un poco y verás que todo desaparece y sigues en control. Aunque ese es el punto. Quién toma el control de tu existencia? Tu SER? o tu ego?
No podía dejar de moverme mientras el vecino seguía roncando. No quería molestarlo. Bastante tiempo me acompaño en el proceso.
Para donde miraba había personas metidas en su propia aventura.
Si buscaba ayuda, me mandaban a esperar mi tiempo.
Tenía que arreglarme como siempre me las había arreglado… nadando en medio de la tormenta… como Doris… nadaremos, nada haremos.
Y nadé. Sabiendo que en algún momento todo termina.
Lo importante era liberar lo que había que limpiar, finalmente.
Y de pronto vino la llamada mágica: Claudita De Vicenzo (así me llama el tayta) venga acá con su Guille.
Y ahí fuimos. Al centro de la Maloca donde se arma la fila de sanación.
Por fin estaba ahí, en el cierre del proceso.
Es genial.
El tayta pasa hablando y diciendo frases generales mientras cierra pidiendo que lo que se abrió anoche se cierre ahora.
Y así fue.
Lo sensacionalmente indescriptible es que cada uno de los que estamos en esa fila entendemos cuando nos habla a nosotros porque son las palabras justas que nos calzan para terminar de cerrar nuestra experiencia.
Lo que dijo el tayta ahí fue exactamente lo mismo que me dijo el sanador cuando fui a la consulta.
ES como si lo que uno dijo un día lo haya cerrado el otro al día siguiente.
Quedamos impresionados con el vecino por la coherencia en la cual el Universo nos mostraba como se desempeña la historia.
Los agentes del destino!!!
Entendimos el mensaje y en el proceso lo que es de la Tierra se queda en la Tierra y vuelve a quien tiene que volver multiplicado. Que se hagan cargo del espejo en el que se han reflejado.
Esa misma tarde-noche-dia tanto el vecino como yo tuvimos un sueño muy significativo que terminaba de cerrar la historia.
Fue una de las experiencias mas fuertes que he tenido en mi vida.
Imagino que la última… pero con el yagé, nunca se sabe.